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DOPPLER

ULTRASONIDO DOPPLER DE RASTREO

¿Qué es un USG Doppler de rastreo?

 

Es el ultrasonido doppler que podemos realizar a un paciente durante una consulta médica. Se considera de rastreo porque nos permite en unos cuantos minutos, darnos una idea general de la situación estructural de algo, por ejemplo, el diámetro de las venas o de las arterias, si se encuentran permeables o no, e incluso el estado de las estructuras anatómicas que las envuelven, los músculos, ligamentos, tendones, articulaciones, fascia, grasa y nervios. Sin embargo, al ser de rastreo, no se sigue un protocolo específico para la ejecución del mismo y, por cuestiones de tiempo, durante una consulta no es posible realizar el ultrasonido completo puesto que, en condiciones habituales, un ultrasonido puede tomar hasta 1 hora por pierna para poder rastrear el sistema venoso o el sistema arterial.

 

Eso significa que un ultrasonido bien ejecutado, requiere que el operador revise vaso por vaso (vena o arteria), centímetro por centímetro, de cada una de las piernas, para lo que el operador más experimentado ejecutaría en un mínimo de 2 horas.

 

¿Por qué en una consulta solo se puede hacer un USG Doppler de rastreo?

 

Eso es porque en una consulta de una hora de duración, es imposible realizar una revisión del sistema arterial y del sistema venoso por medio de un ultrasonido, lo que tomaría al operador hasta 3 o 4 horas poder realizar.

 

¿Es suficiente un USG de rastreo en una consulta?

 

Un médico habilidoso, inteligente y experimentado, no requiere de estudios para conocer el estado de salud de las arterias o de las venas, puesto que, haciendo una adecuada historia clínica, interrogatorio médico que se llama anamnesis y exploración visual o física, puede ser capaz de diagnosticar el estado de salud de las arterias y de las venas. Además, los problemas vasculares son problemas complejos en los que se requiere conocer de otras áreas como la neurología y la biomecánica, que bajo ninguna circunstancia, se pueden observar sólo con un Doppler.

 

Además, es responsabilidad del médico establecer un diagnóstico de sospecha antes de realizar un estudio, en donde se pretende confirmar o descartar la sospecha que se tiene, no con la intención de “conocer el estado general de la circulación para ver si eso explica las molestias del paciente”.

 

Por ejemplo: si durante la consulta vascular se sospecha de una trombosis venosa, se confirma en un rastreo la sospecha; o si una pierna está hinchada y se sospecha un diagnóstico como un quiste de Baker, una contractura, se confirma lo sospechado, rara vez se busca descartar de forma intencionada una trombosis por atipia en la hinchazón. Sin embargo, es innecesario hacerlo a todos los pacientes de una manera rutinaria; y en todo caso un estudio de rastreo, es por completo insuficiente.

 

¿Si existe el USG Doppler completo, no es mejor que el de rastreo?

 

Lo es pero eso depende de la circunstancia de la que se esté hablando. Por ejemplo, si el paciente tiene signos claros de enfermedad venosa como várices, arañas vasculares, las piernas negras como el chapopote, manchas café con leche, úlceras varicosas ¿Usted cree que es por lo tanto, necesario hacer un Doppler venoso para ver si las venas están enfermas?

 

O si un paciente llega con necrosis en los dedos de los pies, eso es por tener las arterias tapadas hasta no demostrar lo contrario, y no se requiere de un estudio para poder llegar a esa conclusión.

 

Ahora que si el paciente tiene dolor, el cual puede ser explicado por decenas de causas distintas, y no hay evidencia alguna de lesión en las piernas, tampoco requiere de un ultrasonido Doppler porque, en todo caso, el paciente tampoco requiere de todos los estudios que puedan explicar el dolor que padece. Eso es la labor del médico al que está acudiendo el paciente; el definir el motivo, y por lo tanto, solicitar el estudio que confirme la sospecha que se tiene.

 

¿Y para qué se hacen USG Doppler vasculares completos?

 

Una vez que ya se estableció que el paciente tiene un problema vascular, entonces se solicita el estudio pertinente de acuerdo a la decisión terapéutica.

 

Por ejemplo: si un paciente tiene várices y se toma la decisión de operar porque sufre de hemorragias, un ultrasonido Doppler venoso nos permitirá realizar un mapa anatómico de las venas de esa pierna con la intención de definir: primero si el paciente es candidato a cirugía o a escleroterapia, porque no cualquier paciente se puede operar o inyectar; segundo para poder planear esa misma cirugía y en el seguimiento para confirmar que se haya hecho lo necesario. Jamás para “ver cómo está la circulación”.

 

Otro ejemplo sería cuando se diagnostica a un paciente con enfermedad arterial, y entonces se realiza un ultrasonido Doppler arterial que nos permitirá ser capaces de localizar con bastante precisión el sitio en donde se encuentra el daño, sin embargo, cabe mencionar que esa información sólo es necesario conocer cuando se toma la decisión de someter a una cirugía, que se basa por completo en los signos (el daño que se observa) en los tejidos del paciente y de cuánto deterioro funcional y dolor le provoca, y no en el resultado que podamos obtener del ultrasonido. Además, si de anatomía se trata, la tomografía arterial con contraste es mil veces más efectiva que un ultrasonido, el cual además no se considera de resultados dependiendo del operador, como en el ultrasonido sí sucede.

 

¿Entonces el ultrasonido Doppler no establece la gravedad de la enfermedad?

 

Por supuesto que no, la enfermedad venosa establece su gravedad de forma exclusivamente clínica, es decir, solo hay que ver la pierna del paciente y determinar qué tanto impacta en su calidad de vida para definir qué tanto está enfermo el sistema venoso, mientras que el ultrasonido definirá qué segmentos anatómicos son responsables del problema. En todo caso, el estudio que sí puede clasificar acorde a la gravedad es una pletismografía venosa para poder medir la presión venosa ambulatoria en el tobillo. Un estudio caro y complejo que aún no tenemos en el país.

 

En cuanto a la enfermedad arterial, el ultrasonido Doppler arterial puede definir los segmentos anatómicos enfermos, pero jamás definir cuánta sangre llega a cada estructura (muslo, pantorrilla, pie u ortejos), mientras que una pletismografía puede ser capaz de registrar las presiones arteriales en cada segmento analizado muslo, pantorrilla, pie u ortejos, y nos permite decidir operar a un paciente, no por la extensión del daño, sino dependiente de cuánta sangre llega hasta el pie o los ortejos. Eso quiere decir que hay pacientes con daños muy extensos en el sistema arterial que se compensan por sí solos y pueden no requerir una cirugía en circunstancias definidas ya que no condicionan isquemia (muerte celular por insuficiente riego sanguíneo arterial), y lo contrario pacientes con daños limitados desde el punto de vista anatómico, pero con isquemia severa.

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